miércoles, 5 de octubre de 2011

Leandro Paredes, la nueva joya de Boca

El futbol sudamericano y el argentino particularmente, han sido desde siempre fabricantes de esa raza de futbolistas, supuestamente en extinción, denominada “enganche”. Sin embargo nuestro futbol no es ajeno a una triste realidad, en la que se percibe cierta subestimación hacia los enlaces, armadores o mediapuntas por parte de los entrenadores encargados de administrar esos valiosos recursos surgidos de las canteras nacionales.
Afortunadamente la inagotable usina de talentos argentina sigue funcionando en plenitud y tiene a uno de sus mejores exponentes en Leandro Daniel Paredes. Nacido el 29 de junio de 1994, esta joven promesa perteneciente al Club Atlético Boca Juniors es un hábil mediocampista ofensivo, diestro, de 1,82 mts. de estatura, que ya ha despertado el interés de grandes equipos del futbol mundial. Dio sus primeros pasos a los 3 años de edad en un club de la localidad bonaerense de San Justo llamado ‘La Justina’. Luego recaló en el club de baby futbol ‘Brisas del Sud’, en donde se formó con el ‘Tano’ Nania. Y jugando allí fue visto por el reconocido formador de juveniles Ramón Maddoni, quien le reclutó para integrar las divisiones infantiles de Boca Juniors, en donde continúo con su aprendizaje.
Defendiendo la camiseta del club de la ribera, Leo participó en el internacional torneo juvenil ‘Arousa Futbol 7′ que se disputa en esa ciudad gallega, en España. Allí fue destacado como uno de los mejores futbolistas que pasaron por ese certamen, distinción que alcanzaron también en su momento Wesley Sneijder, Bojan Krkic y Erik Lamela entre otros jugadores.
Dueño de una depurada técnica, posee una variedad de recursos envidiable que sumados a su visión de juego y formidable pegada hacen de él un futbolista que ilusiona. Es frecuente verle convertir goles de tiro libre, dar exactos pases de gol, desnivelar a pura gambeta en el uno contra uno o hasta utilizar una rabona para pasar la pelota o para centrar a un compañero desde la raya de fondo. Sabe jugar de espaldas al arco, aguantando la pelota como se aprende jugando en los “potreros” y su potente y preciso disparo de media distancia es una de sus principales armas. Tanto con pelota en movimiento como en jugadas a balón parado. Todas esas virtudes tentaron a Claudio Borghi (ex DT del primer equipo de Boca) para darle a Leo la oportunidad de debutar en la primera división del futbol argentino con tan solo 16 años de edad.
Luego de esos minutos en los que cumplió el sueño del pibe jugando en la mítica Bombonera, llegó el turno de Julio Falcioni para hacerse cargo del primer equipo xeneize, quien relegó a Leo en su consideración. Paredes volvió a disputar partidos en las categorías menores de Boca, en donde sigue deslumbrando sábado a sábado con su talento y sus elegantes movimientos casi en puntas de pie, emulando a grandes futbolistas como Zidane o Riquelme.
Hay quienes le reclaman a Paredes por sus “lagunas” durante los partidos, consecuencia del exitismo humano que lleva a exigirle mucho más a los dotados, hasta llegar a negar a los mejores para privilegiar a los menos sobresalientes.
Fue habitual integrante de los seleccionados menores albicelestes y es considerado con justicia el mejor futbolista juvenil argentino. Pero sufrió su primera desilusión al quedar fuera de la nómina de jugadores que representaron al seleccionado argentino en el último mundial sub 17. Los motivos de esta decisión tomada por el entrenador Oscar Garré, seguramente no pueden responder a la falta de condiciones del joven, sino quizás a la merma conceptual a la que nos referíamos al inicio, respecto a la mezquindad que inunda nuestro futbol a la hora de apreciar a los buenos futbolistas.
Leo debe seguir creciendo con los pies sobre la tierra, pero dejando volar su imaginación para lograr sus sueños. Con paciencia y tranquilidad como cuando elige la mejor opción dentro de la cancha, pero con la determinación con que encara a los rivales. De ese modo ira marcando su camino en el futbol. Deberá sortear dificultades, aprender de sus errores y utilizar su prodigioso intelecto futbolero, tanto dentro como fuera del campo. Así sus pasos hacia una carrera exitosa serán firmes y nos permitirán a quienes amamos este deporte, disfrutar de un futbolista sensacional. Un elegido. De esos jugadores que prestigian a este bendito juego. Entonces nosotros, la pelota y los hinchas, le estaremos muy agradecidos.

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